En unos pocos
años se ha hecho presente la mejoría de los resultados de orientadores
españoles en competiciones internacionales. No sólo me refiero a ganar o quedar
en el top pero sí a que los puestos en competiciones internacionales que tenía
por ejemplo Toño el de OrientaTraining han mejorado con los que tiene por
ejemplo José Sáez, el Padrino-o.
Fenómenos meteorológicos, míticos, minis, prosistas
y animales de distinta procedencia son la cara visible del crecimiento de la
orientación española internacionalmente. Con los o5días quizá quitar el sabor
amargo que quedó de la worldcup. Que Hubbmann hermano de Hubbmann desprecia los
marcapáginas con 5 pruebas oficiales peor para él, le falta tiempo este agosto
para ver la respuesta española a su menosprecio -que no será solo suyo- escrita
siguiendo normas ISSOM y en varias escalas. Él sabe que tiene la puerta siempre
abierta y que le trataremos bien, comida abundante, clima cálido y ambiente
inmejorable, que le podemos poner tractrac, pero que en el fondo, oye lo sentimos,
en el fondo somos más de Thierry.
El caso es que
esta tendencia a la mejora de la orientación española se ha dado sobre todo en
las distancias cortas y medias, donde la orientación española ha conseguido grandes -y
pequeñas pero que en realidad son grandes- victorias, y sin embargo, éstos resultados son difícilmente concebibles en la distancia
clásica. La explicación común a esto es que, hombre, la orientación de un
sprint urbano es la más universal ya
que todo el mundo puede preparar una carrera en una ciudad y no ocurre así con
preparar una carrera en un tipo de bosque.
Este argumento
es cierto pero no es del todo correcto. El argumento es válido si queremos
explicar por qué despuntamos en el sprint. No obstante, que el nivel nacional
sea cada vez más alto no hay que atribuirlo tanto a la universalidad del sprint
como sí al crecimiento general de la orientación en España. Dentro de lo que
sería un marco habitual, la orientación española se encontraría en un alza
sostenida desde que Martin Kromlund llegó aquí hasta que para contar el número
de federados, en miles, haya que usar, por lo menos, dos manos y medio pie. La
tendencia desde un inicio es siempre a la alza. No tienes por qué ponerte
triste, medallista pseudo-olímpico, si aún le quedan años a la orientación
española más le quedan a la orientación africana. Pero todo llegará algún día.
Ahora bien,
dentro de este crecimiento sostenido, de este despertar, por qué, chico dime
por qué nuestro nivel de larga se encuentra rezagado frente a las
otras distancias. Varias son las razones.
Tras un riguroso y desordenado proceso de argumentación mental, Cosme
Sánchez del Padrino-o, junto con la ayuda de todo aquel que quisiese hablar del
tema desde mayo hasta agosto, ha elaborado el Análisis Teórico de Largas,
un artículo más en un blog minoritario cuyo objetivo es analizar y dar
propuestas de solución a algunos de los problemas que impiden que la
orientación española de larga distancia evolucione al mismo ritmo que la de
distancias cortas.
Lo primero a
tratar es la extensión y la versatilidad de los mapas españoles. Con extensión
me refiero al área cartografiada, la que en ocasiones se queda escasa para el trazado
de una larga y la prueba se convierte en un trabalenguas. Ejemplo de este
problema es la larga del Campeonato de España de este año, El Nacimiento en Antequera, que a los élites y juniors se les
obligaba a bajar de la muntanya a mor
de un cambio de mapa que a su vez les obligaba subir de nuevo a la muntanya más o menos por donde habían
bajado.
Con
versatilidad me refiero a las cualidades de un terreno que lo hacen apto para
una larga distancia. Pongamos el caso del terreno de dunas, predominante en
Valladolid (CEO 2015) y en Cádiz. Este
tipo de terreno incita (y vamos si incita) a ir lo más ajustado a la línea
magenta, lo que obliga a cuidarse muy mucho el trazado para llegar a tener
algunos tramos de elección de ruta interesantes. Ejemplo de este problema, sin
dunas, es el terreno de la etapa 4 de los o5dias de España. Julio trazador
quiso sacar las cosquillas con algún tramo largo pero sin embargo predominaba
la orientación de media y la palabra 'larga' se quedaba tan sólo en la
distancia. Pero no se le puede pedir mucho más al terreno, peras al olmo, si
quizá por cercanía a donde yo vivo no puedo encontrar ningún mapa que no sea
así, y tenga que patearme la cornisa, bajar a Murcia o pagar el peaje en
Portugal para correr una carrera larga con actitud de larga.
La solución a
estos dos problemas viene por dos vertientes distintas, depende de si queremos entrenar una carrera larga o de si queremos organizar una carrera larga.
Para entrenar una carrera larga no hace falta tener un mapa de 50 hectáreas. La actitud de
una carrera larga se caracteriza por la posibilidad de escoger entre varias
elecciones de ruta. Esto se puede entrenar bien analizando y simulando
carreras de otros (world of o y route to christmas) o haciendo carreras largas en el
catching (que viene a ser otra simulación más). No obstante tu elección de ruta
depende siempre de muchos condicionantes que quizá no se logren tener en cuenta
observando una carrera de Olav Lundanes desde el ordenador. Lo que se puede hacer
entonces es hacer un entrenamiento por intervalos focalizado en tramos largos.
Así como hay grupos de personas que se van a un mapa pequeño y se marcan tres o
cuatro bucles empezando y terminando en el mismo sitio se puede hacer algo
parecido centrado en tramos largos. Para hacer tres o cuatro tramos largos no se necesita de un mapa excesivamente grande, incluso con ortofoto y LIDAR se
puede hacer bien, y al tratarse de tan solo tres o cuatro tramos se pueden
trazar o intentar trazar dando lugar a varias elecciones de ruta de una forma
mucho más sencilla que si trazas una carrera de orientación entera. Quizá la
elección de ruta sea escoger entre dos caminos, derecha e izquierda, pero ya es
distinto de salir a correr por correr y es distinto a hacer una mariposa.
Ahora bien,
para organizar una carrera larga debemos empezar teniendo claro que no
nos deben gustar ni los trabalenguas ni la orientación de cross y que se puede
organizar, vamos siempre se va a poder organizar, un trabalenguas y orientación de cross y habrá
siempre gente contenta y descontenta con la carrera, dos horas la entrega luego
a recoger balizas, y se acabó el jaleo en la mayoría de los casos. Pero si lo
que de verdad queremos es que nuestro nivel internacional mejore, que la
orientación española avance, las carreras de larga distancia de la liga
nacional han de cambiar respecto a lo que tenemos ahora.
Una carrera de
larga distancia debería tener actitud de larga; si bien esta actitud puede verse marcada
en la totalidad de la carrera, sea el caso de la Liga Norte del Corzo del
2012 que en 6km contaba 6 controles, o bien debe tener un carácter mixto entre
distancia larga y distancia media pero sobretodo ha de dominar el carácter
largo de la prueba, como la
larga del WOC de este año en el que hay un bucle phi, seis controles seguidos donde predominan los cambios de dirección y los
tramos cortos cuyo propósito es confundir al orientador -Fabian Hertner perdió mucho- y de dispersar posibles trenes.
Para organizar
una carrera larga no vale cualquier mapa, cualquier trazado. Está claro que
se deben cuidar mucho más los aspectos de extensión y versatilidad de los
mapas. Aunque resulte extraño, no debemos tomar esto como una norma duramente
coercitiva a la hora de organizar una carrera. Han crecido piedras en
Valladolid, hemos allanado León y ya han empezado a desbrozar Pontevedra para
el CEO 2016. Tendremos que movernos más, desesperarnos más e incluso empezar el
trazado de cero, pero estoy absolutamente seguro de que podemos
organizar carreras de larga distancia con actitud de larga distancia en cualquier
provincia de España.
Otro problema
importante es el de la distancia. Con dieciséis años
en el WSOC (el de las escuelas), se trazó una larga de 6km y 300m de
desnivel. A mí, que tal y como está estipulada la entrada a la selección
sub18 de orientación para el EYOC en la liga española había corrido ya media temporada en
la categoría H20A, donde la prueba más corta era de aproximadamente esa misma
distancia, no me pareció nada del otro mundo. Se nos avisó -y con razón- que iba a ser una carrera dura y apenas la
mitad de la selección sueca sub16 (dieciséis años) pudo acabar la carrera. Recuerdo que mis tiempos ese año habían sido de 2h20' en Villena, 2h50' en el Ibérico y 1h50' en el Costa Cálida. Después una hora debajo del implacable Lorenzo -una menos en Portugal-, la bala súbita, siempre serpenteando, siempre recta, sabia conocedora de salientes y sendas seguía con capacidad para seguir moviéndose, no al mejor ritmo, no con gran estilo, pero moviéndose.
El caso es que
en 4 años, de los 16 a los 20, aquellas personas que se les hizo terriblemente
dura la larga de 6km del WSOC acaban terminando con un tiempazo la larga de 11km del JWOC que es más del doble de dura. ¿Y qué ha pasado en esos cuatro años, del
WSOC al JWOC, para pasar de terminar una carrera fácil, dura y larga con dificultades, a terminar otra carrera cuatro años después, más difícil, más dura y más
larga, con una gran superioridad física y técnica?
La reflexión
está en que correr carreras más duras, carreras más largas o más difíciles de
las que por edad o por categoría tocaría correr no implica que se vaya a
mejorar más que aquel que corre la carrera adecuada a su edad y nivel. A todos
nos mola el mapa de élite y todos querríamos poder hacer recorridos así de
chulos pero eso no significa que lo mejor para que yo mejore sea correr las
carreras de élite. Que se nos hace dura
la carrera, vamos a meternos, qué se yo, carreras el doble de duras, qué digo
yo, el triple, el cuádruple, el diamante de duras, que así las otras me van a parecer pajilla. En España tenemos esa mentalidad.
El lema del AsturExtrem lo deja, en otro contexto, bien claro: ORIENTA O REVIENTA.
Así llegamos reventados a veces.
Mi cuerpo
adolescente -así como el mío muchos otros- no está preparado para correr tales distancias. En otros deportes, como las carreras de campo a través, la
distancia máxima que puede correr un menor de edad oficialmente es de seis
kilómetros. En la liga española de orientación no deberíamos tener que subirnos
de categoría a una de un nivel superior para poder optar a formar parte de la selección
española sub lo que sea. Nada de aplicar baremos ridículos, puzzle unido a la
fuerza para extender los valores de justicia igualitaria (que no es lo mismo que igual) a todas
las categorías. Actualmente España carece de una selección sub18 lo
suficientemente fuerte para que sea presentada también para competiciones de
sub20. En vez de querer abarcarlo todo se debería centrarse en mejorar
individualmente lo que tenemos. Mi entrenador Jesús María Llamazares, Chusmiya,
ideó un criterio deontológico a priori para determinar cuando debía uno aumentar el nivel, subir de categoría. Me decía así:
''Tú corre cada carrera en tu categoría. Que
te parezca lo fácil o lo corta que quieras, pero en tu categoría. Únicamente cuando hagas tus carreras de orientación como un cross,, que me digas joba
Jesús es que para mí esto es correr porque lo que es orientación me parece muy fácil, no fallo nunca. Únicamente entonces te subes de categoría; y vuelves a
empezar hasta que vengas a decírmelo de nuevo.''
Este problema,
el de la distancia, es un problema que afecta más a nuestra mentalidad que a la
federación. A la federación, cambiar quizá criterios de selección para la sub16 y la sub18, cada
uno en su categoría, aumentar un poco el nivel en cada una para que no haya un
cambio tan brusco entre categorías, (entre 18 y 20 es brutal) y exprimir la
cantera española todo lo que se pueda sin reventar ninguna máquina. A los orientadores, la gran tarea, cambiar de mentalidad.
Por último
tratar el tema de la escala. Muchas veces en la liga española porque podemos, porque el mapa entra en un A4 de lujo a escala 1:10000 se da así, y si el terreno tiene detalles guapos guapos a 1:7500. Una larga, por mucho que nos pese, debe estar
a 1:15000, al menos élites y juniors, mientras aún tengamos vista para
estas carreras. Pasa que se está poco acostumbrado al uso de esta
escala, lo que aumenta la dificultad de los controles cortos en 1:15000, que cuesta controlar la distancias, y la piedra que yo digo que está cerca en realidad me
queda lejos, o me quiero pasar de lejos para subsanar el error y de verdad me
paso de lejos del control. Entrenamientos, carreras, muchos deberían usar la
escala 1:15000 y habituarnos a ella casi tanto como a la de 1:10000.
Éste es el análisis. Como veis, está abierto a nuevos planteamientos, a críticas constructivas y a comentarios de diversa índole. Queda trabajo por delante, pero, por suerte, tenemos ganas de trabajar.