jueves, 23 de octubre de 2014

Discurso de investidura del sábado noche

Como burbujas de champán, los invitados surgían de forma espontánea agitando esotéricamente el ambiente del palacio que, como bebida espiritosa, era animado por este son de miradas cruzadas, cuerpos anhelantes y palabras cuidadosamente elegidas de un elenco más o menos amplio por ser las más provocativas o sensualmente sugerentes.

Cosmonio Enriquecido, bloguero empedernido, era mientras tanto bautizado en medio de la masa curda por un arma de accionamiento manual hecha de polímero y cuyo proyectil había sido destilado, hace tiempo y en cantidades industriales, para alimentar de sueños y de borrachera a aquellas personas que lo probaban. El arma, en forma de vigoroso falo plastificado, terminaba con el empecinamiento de permanecer sobrio (al menos por la próxima media hora) y dotaba a la mente de esa extraña lucidez responsable de la toma de decisiones precipitadas, que no siempre involucran a un único sujeto, pero a cuyas expensas el mayor el remedio contra el mal humor, la risa, forma un hueco en la memoria.

Por otro lado la música era propicia para el movimiento frenético de los glúteos y de los abdominales inferiores conjuntamente. Su volumen inundaba todos los rincones del palacio. Las conversaciones morían en un risa. Las distancias se acortaban. El calor aumentaba. La cantidad de líquido no ingerido disminuía. El baile se volvía más convulso, abusivo y desinhibido según pasaba el tiempo. 
La fiesta seguía su curso.

Y de repente la música se había parado.
Cosmonio Enriquecido se había subido a la parte alta de una mesa ayudado por la técnica de aumentar el área en la que se proyecta verticalmente su centro de gravedad, gracias al triángulo óseo formado por ambas fascias plantares y el conjunto de sus huesos carpianos y matacarpianos pertenecientes de sus manos a la derecha. Su sistema simpático-nervioso veía comprometido su rendimiento a un nivel por debajo del habitual. En la mano izquierda, una copa. En la opuesta, gestos de calma y de silencio.

¡Un momento todos! 
[Pausa]
Quiero decir unas palabras.
[Pausa]
Lo primero es daros las gracias por haber venido, en serio.
[Breve pausa] 
No me esperaba este acogimiento y me siento muy entusiasmado. 
[Pausa]
Muchas gracias. 
[Pausa larga] 
[Mirada en rededor] 
[Silencio] 
[Giro brusco de copa y cabeza acompañado de un cambio de tono hacia uno más enfático]

Pese a que no empezamos con muy buen pie, hoy me siento ya uno más de esta camada de lechones, lobos de la orientación, de la vida y de la blume. 

[Breve pausa]

Creo que hablo en nombre de todos si digo que hemos tenido que realizar mucho esfuerzo para estar aquí.

[La copa baja lentamente]

 Y hoy miro adelante y sé que el futuro no es fácil, que vamos a tener que afrontar momentos difíciles, momentos en los que quizá prefiriera dejarlo todo y volver por donde vine sin hacer ruido.

[Pausa]

Sé que no va a ser fácil permanecer fuerte, pero también sé porque me habéis enseñado,

[Pausa breve pero dramática]
[El tono se eleva gradualmente]

que por mucho que el camino sea difícil, por mucho que se ponga todo cuesta arriba y las cosas se tuerzan.

[Mirando en rededor]

Si vuelvo la vista atrás tengo y siempre tendré compañeros velando por mí. 

[Se arrodilla lentamente]

Así que yo hoy, Cosmonio Enriquecido de la casa Alcon de León, juro luchar y cumplir los valores de esta casa, la casa Fedoboy.

[Pausa para tomar aliento]

Pues si he de morir moriré dándolo todo, y si he de vivir viviré con esta máxima. 

[Pausa sensacional]
[El tono se eleva significativamente]

Así que en este día y a esta hora, propongo un brindis por esta nueva generación, que hoy pasa a formar una parte más de esta gran familia.

[Se eleva la copa lentamente]
¡Hermanos míos, brindemos!
[Todos repiten el gesto]
¡Larga vida al Sabio de Abantos!
[Breve pausa]
¡Vivan los lechones!
[Breve pausa]
¡Viva la estirpe Fedoboy!
[Brindando]
¡Joder, como amo este puto deporte!


Por último y tras el discurso, su amigo CdR ayuda al predicador a bajar de la mesa. Has estado bien, le dice, se van a reír de ti por esto. Estás empleando un grupo de entrenamiento de lo más normal para crear una iconografía entorno a la vida fedoboy. Y hay gente a la que no le gustan los fedoboys, lo sabes, ¿verdad?

Si ya lo sé CdR, pero tenía que hacerlo. En verdad todo esto lo hago por mí y por nadie más. Meter mis sueños en unas líneas porque mis sueños se están haciendo realidad.

En el fondo siempre quise estar aquí.